Son aquellos que no se descomponen fácilmente y pueden volver a ser utilizados en procesos productivos como materia prima.
Lo son el cartón, el papel, el plástico, el metal y el vidrio. Tienen que estar secos y limpios.
Los residuos húmedos y restos de comida no son reciclables.[1]
Referencias
- ↑ Derecho Fácil [1]